La importancia de la inteligencia emocional en el proceso educativo y todas las competencias relacionadas con las emociones es reconocida a nivel mundial por diversos organismos. La OCDE en 2011 afirmó que los cambios ocurridos tanto en las empresas como en la economía están poniendo un creciente énfasis en los elementos de la inteligencia emocional. Lo importante a preguntarnos dentro de este artículo es:
¿Que nos aporta la IE en la educación?
El concepto básico de inteligencia emocional fue propuesto por los autores Salovey y Mayer, los cuales, en 1990, gracias a las inteligencias múltiples de Howard Gardner, fueron más allá considerando que la inteligencia emocional estaba formada por habilidades que se clasificaban en cinco dimensiones, gracias a esta clasificación se pudo enmarcar los diferentes grados en los que una persona puede desarrollar esta inteligencia emocional.
– Autoconciencia emocional: se define como la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento que aparece, además que conozco las causas y sus efectos.
– Autorregulación: Se define como la capacidad para adecuar cada emociona a cada momento sin que nos veamos arrastrados por ellas.
– Automotivación: Utilizar de la mejor forma los refuerzos externos asociados a cada tarea, este punto se vuelve de gran importancia en la educación.
– Empatía: reconocimiento de emociones ajenas con la característica de identificar, comprender y valorar sentimientos u opiniones desde otra perspectiva a la nuestra.
– Habilidades sociales: esta dimensión reúne todas las distintas capacidades de inteligencia emocional, se trata de tener el control de las relaciones sin dejar de aplicar las diferentes técnicas de inteligencia emocional.
En el ámbito educativo, el concepto de inteligencia ha evolucionado y cambiando de acuerdo con las tendencias de cada momento, tradicionalmente no ha tenido una aplicación directa en la educación, de hecho, ha sido poco mirado por los profesionales de la educación hasta entrado el siglo XXI.
Tras diversos estudios realizados y atendiendo a cuatro componentes (Fernández- Berrocal, 2002) percibe que la influencia de la IE en el equilibrio psicológico y en el bienestar personal del alumno ha sido de gran importancia en las ultimas décadas. Estos cuatro componentes en los que se basa son:
- Percepción
- Asimilación
- Comprensión
- Regulación
¿Que ocurre cuando un alumno tiene carencia de educación en emociones?
Los componentes de la IE tienen habilidades que ayudan en habilidades para percibir, comprender y manejar sus emociones. La carencia de estas habilidades tiene implicaciones e influencias directas en las conductas de los alumnos. En primer lugar, un mal empleo de la IE influirá negativamente a las relaciones interpersonales del alumno, para poder relacionarse con los demás compañeros es necesario que pueda controlar sus propias emociones. Además, su rendimiento académico y su bienestar psicológico se ven mermados como consecuencia del déficit en inteligencia emocional, no saber procesar la emoción puede desencadenar situaciones de frustración continua, estrés académico y puede incluso derivar en un fracaso escolar al fallar su bienestar psíquico. Esto lleva acarreado una aparición de conductas disruptivas que dotan a su comportamiento de una mayor impulsividad generándole situaciones de nerviosismo que influyen negativamente en su desarrollo.
El papel del docente
Actualmente nos encontramos en un momento de cambio en normativas y objetivos a conseguir por etapas, el sistema educativo se comienza a considerar la inteligencia emocional como un contenido a tratar dentro del currículo de educación. En este sentido el docente debe resaltar su competencia social y emocional para llevar a cabo procesos de enseñanza y aprendizaje, además es importante que el profesorado disponga de una formación previa para poder tratar estos conceptos.
Desde EIM Learning proponemos contemplar la Inteligencia emocional en el proceso educativo con técnicas basadas en la comprensión, escucha activa, empatía, generando un clima de dialogo. Al crear este clima, el alumno podrá identificar y trabajar en mayor medida su campo emocional. Todos los agentes de la educación, profesores, familia y entorno social y educativo, de forma conjunta, deberán formar un espacio de formación, implementación y asimilación de la inteligencia emocional, mejorando de esta forma el proceso educativo.
Como refuerzo a lo tratado en este artículo, en EIM Learning proponemos la visualización de nuestro Webinar acerca de la inteligencia emocional, el cual nos aporta más claves y una amplia información acerca de identificar, gestionar y regular emociones con vistas a una futura aplicación en el ámbito de la educación.
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