Es muy común que dentro del aula incitemos a los alumnos a la reflexión, pero ¿sabemos como crear buenos pensadores?
Desde que nos despertamos, hasta que nos acostamos, nos encontramos enmarañados en una gran cantidad de decisiones, argumentos, resolución de problemas. Realizamos estas acciones sin apenas ser conscientes de que lo hacemos. Ahora bien, en ocasiones realizamos un pensamiento “no efectivo”, reaccionamos por impulso, no pensamos las consecuencias, etc.
Ya sabemos que, enseñar a pensar tiene objetivos más amplios que el de obtener éxito a nivel académico o transmitir conocimientos. Para que se de este tipo de aprendizaje debemos fomentar dentro la organización del aula en pequeños grupos, cambio de roles, reparto de responsabilidades y resolución de problemas entre otros.
Unos de los ejes de cambio planteados en educación es precisamente el enseñar a pensar, ya que comenzamos a trabajar en las destrezas necesarias para el desarrollo, la consecución y la adaptación al entorno.
Cuando pensamos de forma eficaz, ponemos en marcha toda la información que tenemos en nuestra mente y la usamos para un determinado fin, con la intención de dar solución a diferentes ámbitos. Es por ello, que en el aula ha ido aumentando el trabajo en equipo, dando respuestas de manera competencial, organizando así el trabajo y el aprendizaje.
Para ello, se han empezado a incluir de forma cotidiana las rutinas de pensamiento. Varias de estas fueron creadas por David Perkins y otros colaboradores en el Proyecto Zero. Hemos de destacar también las destrezas de pensamiento desarrolladas por Robert Swartz.
A continuación, definiremos algunas de ellas:
Entre las rutinas de pensamiento de David Perkins encontramos:
– Veo-pienso-me pregunto
– CSI (color-símbolo-imagen)
– Palabra-idea-frase
– Pienso-me interesa (me pregunto)-investigo
¿Para qué usarlas dentro del aula?
Se pretende que observen y describan lo que ven sin modificaciones perceptivas o imaginativas, que reflexionen sobre el tema de la imagen, que expresen evidencias o empleen fundamentos de lo que opinan y generar preguntas, sobre aquello que les inquieta. Tras hacer el recorrido por estos tres apartados, el alumno debería ser capaz de expresarse tras haber reflexionado sobre la imagen.
Estas tres ideas mostrarán la asociación que cada alumno ha realizado con lo comprendido del material ofrecido. Además, desarrolla la creatividad, la capacidad de síntesis y la asimilación y relación de conceptos. Debemos ofrecer a los alumnos la diversificación en las formas de expresión, ayudando así a fomentar el desarrollo de las inteligencias múltiples.
Esta rutina, es denominada en inglés como think-puzzle-explore. En esta, el alumno se está preparando para la investigación, mientras que, en la anterior, se pretende desarrollar sus habilidades de observación. Se utiliza la palabra puzzle, para hacer referencia al rompecabezas que genera el niño cuando comienza su proceso de interrogación e interés.
Con esta rutina se pretende desarrollar la capacidad de resumir un texto. Tras la lectura los alumnos deben expresar una palabra que les haya resultado llamativa, una idea significativa y una frase que consideren de relevancia. Se suele trabajar de manera individual para posteriormente trabajarlo en el gran grupo. La palabra y la frase pueden ser algo más literal y la idea más general del texto en cuestión.
Entre las destrezas de pensamiento desarrolladas por Robert Swartz, encontramos entre otras:
– Compara y contrasta
– Toma de decisiones
– El todo y las partes
¿Para qué usarlas dentro del aula?
Lo usaremos como organizador gráfico, con esta destreza se pretende que el alumno vaya consiguiendo de forma cada vez más autónoma, saber encontrar las similitudes y las diferencias entre dos objetos, dos imágenes, dos textos…estableciendo una serie de preguntas guía. Podemos usarla para trabajar dos temas diferentes, dos autores, la economía de dos países, dos dibujos, etc., la dificultad entre los ítems dependerá del curso al que va destinado.
Se trata de un organizador gráfico. Es una herramienta que nos sirve para incluir conceptos nuevos y que los propios alumnos vayan descubriendo la funcionalidad de los elementos que lo componen. Así podrán construir su propio aprendizaje en un diálogo con el resto de sus compañeros viendo la importancia de cada una de las partes que componen un elemento.
Esta destreza de pensamiento, la podemos usar para ver las opciones que poseen nuestros alumnos ante una situación. Entender las consecuencias de las decisiones, reflexionar sobre el problema habiendo comparado, contrastado y deducido cual será la mejor opción, aprendiendo, además, a asumir la consecuencia de se elección desde una perspectiva más responsable y consciente.
Podemos deducir por consiguiente que las rutinas son patrones sencillos de pensamiento que podemos usar cuantas veces necesitemos hasta conseguir el aprendizaje que nos hayamos propuesto. Por otro lado, las destrezas están más elaboradas y se apoyan en organizadores gráficos para hacer visible el pensamiento.
Desde EIM Learning, apostamos por un aprendizaje colaborativo, aumentando y fortaleciendo aquellas destrezas que favorezcan a los educandos para aprender a aprender. Trabajando desde lo grupal a lo individual, con la finalidad de fomentar la posibilidad de desarrollar habilidades en los niños, podrán llegar a ser adultos responsables y consecuentes de sus decisiones.
Carmen Fernández Córdoba
Asesora Pedagógica EIM learning
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